Los muros y burbujas invisibles de las redes sociales
Estamos en un momento en el que parecemos más conectados que nunca. El internet y en especial las redes sociales hacen que podamos compartir información de forma inmediata y que esta pueda llegar a ser mucho más accesible y lo mejor es que la mayoría de esto no tiene costo para el usuario promedio y sin embargo empresas como Facebook o Google, reconocidas por sus plataformas y servicios gratuitos, son dos de las empresas más valiosas del mundo.
Esto se debe a que estas plataformas no están hechas para que nosotros compremos un producto porque como dicen: nosotros somos el producto. Somos el producto porque al final lo que hacen estas plataformas no es simplemente dejarnos compartir la información, sino que esta la recogen y la procesan para conocernos con el objetivo principal de mostrarnos la publicidad indicada para cada uno y que, irónicamente, terminemos comprando.
Creo que es normal que las plataformas en internet tengan publicidad cuando pueden ser accedidas de forma gratuita, pues igual para que funcionen hay que pagar ciertos servicios, por ejemplo en el caso de esta página tengo que pagar por un dominio (la dirección de la página) y un host (el espacio en el que se almacena la página). Y al igual que un periódico, una revista o un canal de televisión se puede sostener económicamente debido a esa publicidad. Sin embargo la gran diferencia con estas plataformas es que se está recolectando información constantemente, desde lo que una persona pública y comparte hasta la forma en que esta se mueve entre una página e incluso varias.
Por ejemplo esta página está haciendo uso de Google Analytics, una herramienta de analítica web gratuita que me ofrece y organiza la información que logra recolectar de las personas que entran a esta página. Esto significa que si ya has leído hasta aquí posiblemente ya tenga información sobre el lugar de donde estás leyendo esto, tanto el país y ciudad como el dispositivo y navegador. Puedo saber tu sexo, rango de edad e incluso intereses. Eso si, en el caso de Google Analytics la información queda de forma anónima por lo que yo conoceré tus datos sin saber tu nombre.
Mucha de esa información la conoce Google Analytics por lo que tu computador o incluso aplicaciones de terceros han ido recolectando información sobre lo que has navegado anteriormente. Por esa razón es que si estuviste averiguando por un nuevo celular en Google muy probablemente que hayan páginas donde te estén apareciendo publicidades de celulares. Pero ahora esta recolección de datos va incluso un paso más allá, pues con la inteligencia artificial se puede interpretar la información de formas que ni siquiera un humano podría.
La inteligencia artificial funciona debido a esa gran cantidad de datos, en los que va buscando patrones con los que puede sacar conclusiones sobre la situación de cada persona y con esta mostrarnos contenido muy específico para cada uno. Esto sucede cada vez que navegamos ya sea en un buscador como Google, redes sociales como Facebook e incluso plataformas digitales como Netflix. Cada uno de estos busca mostrarnos lo que sabe que nos interesa y nos gusta.
Entonces en el mundo de la interconectividad se comienza a generar un problema: nos estamos aislando sin darnos cuenta. Para estar más a gusto con los espacios digitales, ellos nos intentan mostrar lo que saben que nos va a gustar y de esta forma se va creando la burbuja de cada persona en la que solo vemos lo que queremos ver. Se crea un nuevo tipo de muros pero que son muy difíciles de detectar y por esto mismo nos manipulan más fácil. Estamos cada vez más tiempo dejando rastros con los que se puede detectar en dónde ponernos el muro a cada uno.